¿QUÉ HUBIERA PASADO SI LO PONEN AQUÍ?
No descubro nada aludiendo al singular alboroto que hay en todo el país a cuenta del propósito del gobierno de, al fin, y después de llevar pensándoselo más de cuarenta años, sacar el féretro de Franco del Valle de los Caídos. Lo que no fueron capaces de hacer los gobiernos de Felipe González y Rodríguez Zapatero y que, desde luego, a los de Aznar y Rajoy ni se les pasó por la cabeza, lo ha decidido el de Pedro Sánchez, aunque la forma elegida para hacerlo, dicen los juristas y puristas, resulta ser un poco chapucera. Pero no es esto lo que quiero comentar aquí. Me pregunto: ¿qué hubiera pasado, qué pasaría ahora, si el Valle de los Caídos hubiera estado en Cuenca?. No es una elucubración así por las buenas. Hay un motivo. Al cumplirse el primer año de la victoria militar del régimen (o sea, en 1940), surgió ante la Diputación provincial de Cuenca una propuesta que fue cálidamente acogida y sobre cuyo fracasado destino final debemos felicitarnos, mientras imaginamos