He aquí una frase tópica: este es un verano atípico. La oímos decir docenas de veces al cabo del día, en la calle o en un establecimiento, en los informativos de cualquier clase. Por supuesto, la expresión abunda en el lenguaje político, siempre listo a captar y asimilar cualquier frase que, con independencia de su contenido semántico, suene bien, la gente la entiende a la primera y todo el mundo se siete muy a gusto de ver (de oír) que los dirigentes políticos también saben hablar como la gente de la calle. En este atípico verano nos encontramos una ciudad, Cuenca, vivísima de gente, llena de turistas por todas partes, como si no hubiera pasado o estuviera pasando nada. Los hoteleros, que daban ya por segura la ruina, se encuentran, felices y contentos. Haciendo su agosto, que para eso está colocado este mes en el calendario. Al otro lado de la balanza no hay nada. El Ayuntamiento (también otras instituciones) decidieron hace tiempo, mucho t