EL ARTIFEX ROMANO, SEGÚN EMILIO GUADALAJARA
Hay conferencias serias (casi todas lo son, salvo excepciones), sesudas, profundas. Algunas eligen temas peñazos (me arrepiento de haber pronunciado alguna de ellas) y otras, quizá la mayoría, cuentan con un discurseador ameno, que sabe lo que dice y, además, encuentra un buen mecanismo para transmitir eso que sabe y hacerse entretenido al auditorio. Emilio Guadalajara habló de pie, yendo de acá para allá, sin sentarse ni un solo minutos, sin apelar ni una sola vez al block de notas. Sabe lo que dice y conoce, porque la experiencia de un docente activo vale mucho, cómo comunicarse con quienes, en torno a su figura, alineados en la Sala Roma del Museo de Cuenca, seguíamos con interés su charla. Emilio Guadalajara es un sujeto polifacético. Son tantos los palillos que ha tocado en su vida, en diferentes ámbitos, pero siempre en torno al patrimonio, a la naturaleza, a cuestiones trascendentes, de las que importan. Autor de diversos proyectos sobre prehist