ACISCLO, EL TANQUE Y UN REGALO
Hay personas que por su manera de ser o de actuar llegan a formar parte del paisaje urbano de una ciudad, al mismo nivel que las calles, las plazas o los bancos del parque. No todos los habitantes del lugar tienen esa misma disposición. La mayoría viven su vida y se dedican a su trabajo, otros muchos son indiferentes, no se implican ni intervienen para nada en la vida de la ciudad. Solo una minoría muy cualificada llegan a formar parte de ese paisaje urbano. Para alcanzar esta condición no hace falta ser famoso, ni hacer cosas destacadas, ni llamar la atención por actitudes estrambóticas o delirantes. Lo llevan en la sangre. Acisclo García sirve muy bien como ejemplo de lo que quiero decir. En su biografía no hay nada especial. No fue político ni concejal, no ganó premios, no recibió medallas o distinciones. Vivió de sus negocios o de sus trapicheos, como se quiera decir, entre asuntos inmobiliarios y an