LOS NOMBRES DE LAS CALLES REALES
Tan
pronto han empezado a saltar las noticias sobre las mal andanzas del llamado
rey emérito, Juan Carlos de Borbón, cuyos estropicios personales recientes van
a emborronar lo que fue un muy estimable reinado, se ha puesto en marcha la
habitual campaña demagógica que pide a gritos la eliminación de su nombre en
las calles y lugares así bautizados en épocas para él más propicias.
Supongo
que en unos casos la idea prosperará y en otros la dejarán estar para ver lo
que pasa.
En el
pueblo conquense de Tébar estas cuestiones no les afectan. Allí tienen, como en
todas partes, una plaza, de la que salen varias calles principales. La que va
hacia arriba es la calle del Rey. La que va hacia abajo, la calle de la Reina. El
y la que sea. Los de hoy, de ayer y de mañana. Con esa fórmula tan sencilla se
ahorran estar cambiando de nombre cada vez que se muere uno y llega otro. Y por
supuesto, tampoco tienen ahora ningún problema por quitar este nombre o poner
aquel otro. En este mundo hay gente inteligente.
(En la
foto, la calle de la Reina)
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