MENSAJES PÚBLICOS MUY DIRECTOS
Como
los medios informativos hace tiempo que dejaron de recoger las inquietudes
vecinales, salvo que alguna de ella sea tan estentórea que pueda imponerse a la
dictadura de los gabinetes de comunicación de las entidades oficiales, los
ciudadanos deben recurrir a otros mecanismos, un poco artesanales, sin duda,
pero seguramente eficaces, al menos para quienes tienen la oportunidad de
leerlos y, por unos instantes, compartir la inquietud que se manifiesta de manera tan directa.
Detrás
hay que imaginar, supongo, una persona irritada, cabreada quizá, hasta de que
las instituciones no hagan caso a ninguna demanda o queja, por muy razonable
que sea. Por ejemplo, la de los vecinos de la calle del Peso que llevan años
reclamando, inútilmente, que el Ayuntamiento establezca algún control para
evitar el repetido deterioro de las fachadas con el paso de vehículos de
grandes dimensiones que rompen paredes y balcones, en total impunidad.
Y
justo enfrente, en el inicio de la subida a Andrés de Cabrera, otro ciudadano
ha colocado un mensaje no menos directo (e igualmente inútil, como el
anterior), porque por más que dicen que van a hacer y actuar, los animalitos de
Dios, esos que se bendicen el día de San Antón, actúan en la calle con total
espontaneidad corporal y dejan en la acerca cualquier cosa que les moleste en
el interior del organismo. No estoy seguro de que este cartel ayude mucho pero,
por lo menos, es autor del escrito se ha desahogado a gusto.
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