VIDA Y MUERTE EL 15 DE FEBRERO




     El calendario es caprichoso, iguala sin distinciones la vida y la muerte para que estas dos circunstancias, tan distintas, el principio y el fin, el alfa y el omega, coincidan casualmente, en un momento dado.
      Este día 15 de febrero marca el nacimiento de Fausto Culebras y la muerte de Leonardo Martínez Bueno, los dos grandes escultores que señalan desde Cuenca el modernismo y la innovación estética, a la vez que, al mismo tiempo, Luis Marco Pérez indicaba las sendas del clasicismo.
     Fausto Culebras nació en Gascueña el 15 de febrero de 1900 y fue a morir a Quito, en 1959, a consecuencia de una caída desde los andamios del monumento que estaba levantando al virrey Hurtado de Mendoza. Leonardo Martínez Bueno había nacido en Pajaroncillo y encontró la muerte un día como hoy, en Madrid, a los 61 años de edad.
     Citarlos una y otra vez es necesario en una provincia como Cuenca, tan olvidadiza. Por fortuna, de ambos artistas hay algunas excelentes representaciones escultóricas en las calles de Cuenca. La delicada figura de la moza del cántaro, de la que nunca mana agua (porque el Ayuntamiento no quiere) es un bello contrapunto del arte de Martínez Bueno en el elegante escenario urbano de la Plaza de San Nicolás. En la calle Madre de Dios, la mano de Fausto talló otra pieza enormemente sensible y bella, esta imagen de la virgen suavemente apoyada en una breve esquina de la elegante escalinata que enlaza los dos sectores de la ciudad.
     15 de febrero. Nace Fausto y muere Leonardo. El destino, ciertamente, es caprichoso.




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