LA HORA DEL ARCHIVO MUNICIPAL
Aunque hay cosas y
cuestiones que parecen eternizarse, como dicen ocurría con la construcción de
El Escorial, al cabo todo tiene su final y hacia él se encamina, con un año de
retraso, la rehabilitación de la Casa del Corregidor, que parece haber entrado
en la última fase, la definitiva, la que tiene que ver precisamente con la
fachada, una de las más nobles de cuantas ofrece en Cuenca la arquitectura
civil. Excelente ejemplo del barroco, elegante y clásico a un tiempo, la malla
que la cubre ahora servirá, imagino, para ponerla a punto y devolvérnosla
limpia, pulida y reluciente.
A lo mejor este detalle
es ya suficiente para que el Ayuntamiento saque la cabeza de debajo del ala y
asuma la necesidad imperiosa e insoslayable de resolver el gravísimo problema
que tiene planteado, desde hace ya cuatro años, espacio de tiempo en que tiene
vacante y sin cubrir la plaza de archivero municipal, un auténtico desatino, si
tenemos en cuenta el valor objetivo de los fondos históricos y documentales que
esa institución conserva. El Archivo Municipal de Cuenca no puede estar, como
está, desamparado, inutilizado, porque a su frente no hay un profesional
debidamente titulado y cualificado para desarrollar tan destacada labor. No
puede (no debe) el actual equipo municipal seguir mirando para otro lado, como
si este asunto no fuera con los integrantes de la corporación.
Dentro de poco, el
edificio va a estar terminado y listo para que a él se trasladen los fondos
durante décadas depositados en otros inmuebles. Al Ayuntamiento se le acaba el
tiempo de llamarse andana. El Archivo Municipal necesita una rápida solución,
ya. Para que el flamante edificio pueda demostrar que sirve para algo y que la
inversión no ha sido inútil.
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