UNA COSA ES ESCUCHAR Y OTRA OÍR
Escuchando Castilla-La Mancha es el título de un
programa de TVE en La 2, emitido el pasado martes y debidamente publicitado
para que el personal lo supiera y pudiera verlo. Y lo vimos. “Fantástico
programa”, leo en un comentario digital. Elogios parecidos hay en otros y eso
me desconcierta, ante la falta de espíritu crítico que muestra la ciudadanía en
estas cosas. Como estaba José Luis Perales, parece que hay obligación de
repartir elogios a diestro y siniestro. Pues no. Perales estuvo bien, quizá su
tiempo, diez minutos, fue lo mejor del programa, pero el resto fue francamente
deficiente e insatisfactorio, incluyendo el pésimo tratamiento visual dedicado
a Cuenca. Por cierto, alguien debería explicarle al guionista y a Rozalén que
hizo de portavoz, que esta ciudad no fue destruida durante la guerra civil,
sino un siglo antes. Y como anécdota se puede citar entre los agradecimientos
uno a la Fundación March y es que entre las grabaciones se incluyó el Museo de
Arte Abstracto que en el montaje final fue escamoteado bonitamente de manera
que no se vio ni una sola imagen.
Los amigos de repartir elogios deberían ser un poco más
prudentes. Este programa no pasará a la historia ni merece consideración
alguna. Un tratamiento vulgar de las imágenes, un repertorio musical
francamente deficiente y un contenido textual indigno de una cadena seria, como
antiguamente era TVE.
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