50 NÚMEROS DE MOYA
En una época en
que se suceden las noticias de desapariciones de publicaciones en papel, una
que tiene un sentido totalmente contrario merece, de manera rotunda, aplausos y
felicitaciones. Moya. Revista de la
Asociación de Amigos de Moya es la afortunada que en este recién terminado
mes de julio ha conseguido publicar su número 50 que, a la vez, coincide con
sus 25 años de existencia, puesto que empezó a ver la luz de la calle en 1995.
Es de justicia que, tras el comentario editorial en el que se resume la
evolución de la hermosa villa de Moya a lo largo de este tiempo, el primer
artículo publicado, con la firma de Mariano López Marín, incluya una cálida
felicitación a Teodoro Sáez, al que se llama “alma mater de la revista “por el
inmenso trabajo realizado durante estos veintitantos años al frente de la misma
y muchos más dentro de la Asociación” y, ciertamente, es una referencia justa y
necesaria hacia la constante dedicación de Teodoro Sáez a difundir y defender
los valores de Moya y a trabajar de manera incansable para conseguir
inversiones destinadas a recuperar le rico patrimonio de ese maravilloso lugar.
Ya entrando en
faena, este número 50 incluye un trabajo sobre Moya en la historia, en el que varios autores continúan
desarrollando las implicaciones de la villa en los conflictivos sucesos de la
Edad Media castellana; se inserta un resumen del Catastro de Ensenada sobre
Aliaguilla; en el apartado “Moya y sus hombres” se habla de la personalidad de
Ángel Montero Herrero, concertista de órgano; Pedro Juan Navarro Martínez
explica cómo era antiguamente la celebración de la Semana Santa en Campillos
Paravientos y en el capítulo dedicado a la restauración de monumentos se
ofrecen las últimas noticias relacionadas con las de la iglesia de San
Bartolomé y la iglesia de la Trinidad, las futuras de la iglesia del convento
de concepcionistas y las relativas a la torre del homenaje del castillo de Moya
y el puente de Cristinas, en Pajaroncillo. Todo ello se complementa con un
último capítulo dedicado a recoger noticias del tiempo presente en las tierras
de Moya, como el primer foro de truficultura celebrado en Salvacañete y otros
festejos desarrollados en estos pueblos en el primer semestre del año. Dicho
todo esto con apresuramiento pero también con admiración, porque la revista
cumple de manera eficaz la función comunicadora que asumió hace ya 25 años y
que viene aplicando de manera tan concienzuda a lo largo de estos primeros 50
números.
Comentarios
Publicar un comentario