LOS VECINOS ESTÁN HARTOS
Los vecinos de la calle del Peso están
hartos de los constantes daños que provocan en sus viviendas todo tipo de vehículos,
especialmente los de reparto. La calle del Peso, que es un lugar maravilloso
para las procesiones de Semana Santa, lo es mucho menos para el tráfico
ordinario que acongoja de manera permanente la vida en esta ciudad. Hasta
ahora, que se sepa, los vecinos de la calle del Peso no han conseguido conmover
los ánimos de nadie, y menos que nadie, de los inquilinos de la Casa municipal.
Como pasa en todos los ámbitos de la vida ciudadana, la esperanza ahora es que
llegue verdaderamente un cambio y se empiecen a solucionar problemas y
dificultades. La verdad, no se cómo, en este caso, pero ya sabemos que la
esperanza es lo último que se pierde y a lo mejor en este caso también resulta
cierto.
Lo que sí sabemos es que cada día
resulta más incómodo vivir en el casco antiguo de Cuenca, lo que se traduce en
el abandono progresivo de sus vecinos, dejando el terreno libre a hospedajes,
bares, restaurantes, tiendas de artesanía y chiringuitos varios, que parece ser
lo único que interesa.
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