COSAS DE LA MODERNIDAD LINGÜISTICA



            Siempre es complicado aludir al tiempo ido, al pasado, porque eso da una cierta idea de que quien lo hace, se siente impelido por la nostalgia. No tiene por qué ser necesariamente así. Simplemente uno, yo en este caso, expreso cierta sorpresa, algo de desconcierto también, por la forma atropellada como se ha extendido entre nosotros una costumbre cuyos orígenes los tenemos muy próximos todavía: el empleo, ya masivo, del tú, sustituyendo al usted.
            Entras en una tienda, subes al autobús o un taxi, quieres un café o una caña en el bar de enfrente, y quien está allí, dependiente, conductor o camarero, te pregunta, directamente: ¿qué quieres tomar? ¿adónde vas? ¿qué necesitas? Si alguno de estos miembros (u otros muchos) de la sociedad laboral se dirige al cliente con el uso de “usted” trasladará la imagen de ser un bicho raro, alguien fuera del tiempo y las costumbres.
            Me pregunto por qué ha sucedido esta rapidísima evolución en las costumbres. Cuando era estudiante, el tratamiento al profesor era siempre, sin la menor duda, usted y la respuesta, también de los profesores, en el Instituto y en la Universidad, era igualmente el usted; solo algunos, muy pocos, tuteaban a los alumnos. La situación ahora es radicalmente la contraria: todos se tutean sin pudor ni cortapisa.
            Leo algún artículo científico-lingüístico que intenta explicar el fenómeno como una búsqueda muta de identidad social igualitaria, de acortar distancias, pero eso lo entiendo en ámbitos de relación próxima, familiares, amigos, compañeros de trabajo. ¿Por qué una joven dependienta de una camisería tiene que tutearme? Ni la conozco ni me conoce ni, muy probablemente, volveremos a vernos nunca más.
            Los hispanohablantes de América conservan, de forma mayoritaria, el vos, como una forma elegante, deliciosa, de mantener una conversación entre ellos. Por aquí no creo que volvamos a recuperar esa elegante forma de relación. Es, por  otro lado, un ejemplo más de la forma rastrera con que se va degradando el idio. Y me temo que eso, en general, no tiene vuelta atrás.


Comentarios

Entradas populares de este blog

ACISCLO, EL TANQUE Y UN REGALO

EL MUNDO PERSONAL DE ÓSCAR LAGUNAS

LUIS CAÑAS SE HA CABREADO