UNA CITA NECESARIA CON ÁNGEL IZARRA
Conviene
no pasar de largo por una cita de enorme interés que se encuentra instalada en
el Centro Cultural Aguirre, hasta el día 22 de este mes. La alusión a “pasar de
largo” no es baldía, porque como la especial disposición de esa sala se
convierte en lugar de tránsito para quienes van camino de las salas de la
biblioteca o del salón de actos (¡o de los servicios, también!) es posible que
muchos de esos pasajeros a otra parte apenas si dirijan una rápida mirada hacia
la hermosa, sugerente, bellísima colección de cuadros que hay en las paredes.
Carlos
Codes, el gestor e impulsor de esta serie de muestras verdaderamente notables
que nos viene ofreciendo a través del proyecto “Excelencias” (lo organiza la
concejalía de Cultura) ha puesto ahora la mirada en Ángel Izarra, de quien
sabemos que es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid
tras lo cual lleva más de treinta años vinculado a Cuenca donde ha ejercido como
profesor de Dibujo en el I.E.S Fernando Zóbel durante 17 años. El nombre de
Izarra figura, junto al de José María Albareda, como autores ambos de un
singular libro de dibujos de Cuenca, El
rumor de la Piedra, publicado por la Diputación.
Este
es, a grandes rasgos, el personaje que hoy quiero mencionar aquí, como incitación
para hacer descansar la mirada sobre estos cuadros que pueden ser agrupados en
diversas secciones. Hay bastantes dibujos a plumilla, de pequeño tamaño, sobre
Cuenca pero los que verdaderamente llaman la atención son las grandes
superficies que cabalgan entre la abstracción y un expresionismo contemporáneo
que hace de elementos aparentemente feos (máquinas, calles, edificios, solares
abandonados, artilugios varios) objetos de enorme belleza y capacidad
comunicativa.
Izarra camina al borde de la
abstracción, dando vida a paisajes que pueden parecer inventados pero en los
que alienta, casi con toda seguridad, una imagen real, captada por el artista y
transformada por su capacidad visionaria que tiene en un sólido dibujo el
soporte adecuado para articular un emocionante juego de luces y sombras que
ayudan al artista a crear ese mundo maravilloso, imaginativo, extrasensorial, amparado
por una gran riqueza cromática. Todo ello representa para el espectador (el que
no pasa de largo, el que permanece absorto en la contemplación de este hermoso mundo
de imágenes) un emocionante baño de sensaciones visuales, a la búsqueda de la
comprensión íntima de un territorio ignoto que apasiona explorar
José Luis, lo había leído hace varios días pero hasta hoy no he podido contestarte.Te agradezco de todo corazón tus hermosas palabras hacia mi obra pictórica. Recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarÁngel Izarra
Digo lo que pienso y la exposición, realmente, me ha parecido magnífica. Gracias a tí por hacernos este hermoso regalo visual.
Eliminar