DESCONSOLADOS


            
      Me comentan que hace unos días, cuando la intensa y persistente lluvia impidió una tras otra las procesiones de Semana Santa, la Oficina de Turismo de la Plaza Mayor se quedó prácticamente colapsada entre constantes llamadas telefónicas y visitas personales de cientos de personas preocupadas por un mismo y único motivo: qué se puede hacer en Cuenca en un día así. Porque esos días, de jueves a domingo, cerraron los museos, amistosos lugares de refugio para turistas desamparados y aburridos, que encuentran en ellos una amable forma de pasar las horas. Y si no hay museos abiertos, si la lluvia no para de caer, si no es nada recomendable coger el coche y largarse a cualquier rincón de la Serranía, ¿qué se puede hacer en Cuenca en tales casos?
     Ciertamente, la pregunta se puede aplicar a cualquier otro sitio, en condiciones similares, pero parece, a simple vista, que en esos lugares, al menos en algunos de ellos, hay otros mecanismos de defensa, o sea, otro tipo de propuestas con las que entretener a los visitantes y que no sea solo la de entrar en un bar tras otro y pasar del morteruelo al ajo arriero.
       Ahora que se avecina un cambio de corporación municipal sería también un buen momento para que los nuevos responsables del sector turístico, quienes quiera que sean, agucen el ingenio y la imaginación, empezando por buscar buenos profesionales que les asesoren para poner en marcha nuevas ideas. Lo de ir a Fitur todos los años a repartir folletos está bien, pero habrá que inventar algo más. Me parece.


Comentarios

Entradas populares de este blog

ACISCLO, EL TANQUE Y UN REGALO

EL MUNDO PERSONAL DE ÓSCAR LAGUNAS

LUIS CAÑAS SE HA CABREADO