LAS EDITORIALES, AL ALCANCE DE LA MANO
Editoriales
de Castilla-La Mancha. Una historia con futuro es el título de una
exposición que se ha instalado en la sala Borbón-Lorenzana de la Biblioteca de
Castilla-La Mancha/ Toledo, celebrando de paso la fecha en que se cumplen los
veinte años de la instalación en la última planta del Alcázar toledano. La
muestra se ha planteado como un repaso a la actividad editorial y cultural de
los últimos 70 años en la Región, es decir, desde un periodo anterior a que
existiera la actual Comunidad Autónoma como tal, pero también se pueden encontrar
referencias a las primeras ediciones registradas en las cinco provincias desde finales
del siglo XIX.
No debo ser yo, como parte
directamente implicada en este proceso, persona autorizada para encomiar el
trabajo que han hecho las editoriales y los editores, sobre todo los de condición
privada, porque las instituciones públicas están sujetas a unos condicionamientos o compromisos, además de
disponer de una envidiable alegría económica, de manera que pondré aquí las
palabras que se han enviado desde la Junta en nota oficial donde se asegura que
las editoriales locales, comarcales, provinciales o regionales, han sido
durante este periodo no sólo reflejo sino impulso de la actividad creadora y
cultural producida entre nosotros. La creatividad poética o narradora,
dramática o artística ha tenido su cauce y su difusión en el trabajo de estas
más de 50 empresas editoras que aparecen recogidas en la muestra. Del mismo
modo, las investigaciones de todo tipo sobre nuestra ciencia, nuestro,
territorio, nuestra historia, nuestro arte y otras manifestaciones del
pensamiento se han visto también recogidas por el trabajo de editoriales, tanto
institucionales como privadas, estas últimas muy activas y numerosas, sobre
todo en el periodo que se abrió con el nuevo siglo. Junto con los autores, las
bibliotecas, los centros de enseñanza y las librerías, las editoriales suponen
un elemento vertebrador de primer orden de nuestra vida cultural, que tiene un
pasado, como aquí puede recorrerse, pero también una clara proyección hacia el
futuro.
La exposición, producida por la
Biblioteca de Castilla-La Mancha, ha sido comisariada por dos de sus técnicos,
Carmen Toribio y María Hijón, de la Sala de Castilla-La Mancha, y Alfonso
González-Calero, que forma parte destacada de ese grupo de inconmovibles
editores que han puesto en marcha un proceso creativo e industrial de trabajoso
recorrido.
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