ALBAREDA EN EL CENTRO AGUIRRE
“Espacios
de sombras” ha titulado Albareda esta colección de sus últimos trabajos, en la
que el artista propone, como él mismo ha escrito “Una aproximación sensorial a
la pintura”, y lo hace mediante un trabajo concebido de manera global, al que
aplica de manera concienzuda una ideología artística que ha sido plenamente
concebida, con ningún espacio intermedio para la improvisación. El pintor,
consciente de los criterios imperantes en el mundo del arte, parece oscilar
entre la abstracción y el figurativismo, pero tal cosa con es el resultado de
una posición indecisa, sin todo lo contrario, un camino voluntariamente elegido
que ofrece el resultado de una obra homogénea, de extraordinarias convicciones
personales, que se transmite mediante un artificio técnico coherente, meditado,
de asombrosa plasticidad y considerable fuerza expresiva.
Cuando
Albareda escribe que “El aspecto más carnal de la pintura es la base para un
mundo de sugerencias” nos está ofreciendo una lúcida explicación de sus propósitos
al afrontar la elaboración de un cuadro, pues es ahí, en la carnalidad, la
concepción visual de su trabajo, donde se encuentra el camino para buscar una
penetración abierta y compleja a su mundo interior, en el que se encuentra el
origen misterioso de lo que vemos, envuelto en unas tonalidades de dominantes
tonos ocres que transmiten hacia el exterior una poderosa energía vitalista
cargada de la evidente emoción que el artista ha querido transmitir a través de
cada uno de los trazos.
Predominan
en la exposición (visible hasta el 15 de octubre) los cuadros de gran tamaño y
en esa forma de llenar las paredes del recinto se encuentra también uno de los
elementos más atractivos al ofrecer de manera generosa una amplitud de visión
suficiente para poder captar con una mirada de conjunto la riqueza de esta obra
creativa verdaderamente singular, que hace de Chema Albareda una de la
referencias más notables del arte actual.
Aunque no soy neutral al aplaudir la obra de Albareda, me parece genial y de una riqueza artística muy importante, las texturas, la luz, el contenido pasa a formar parte de un todo incluso en esos retratos que son paisajes de historia.
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